lunes, 8 de marzo de 2010

VENENO DE AMOR

Este es el desenlace y el final de la historia iniciada en el primer post, este:
http://melodias-sanadoras.blogspot.com/2010/02/start-of-something-beautiful.html




Al otro día caminando sin rumbo exacto, como suela pasarnos cuando no sabemos que hacer ni que pensar, se cruza con ella, con Sofía. Ella le pasa por al lado con su novio, lo mira, se miran, no se dicen nada, simplemente asientan con la cabeza como diciendo sí. Una cuadra mas adelante Miguelito se sienta en un banco que había en una placita que en realidad no parecía placita porque el paso del tiempo la estaba echando a perder como es costumbre en este país. Se sentó y comenzó a pensar hacia su interior el porqué de ese saludo tan seco, si supuestamente ella quería hablar con él, según le dijo Oscar. –Seguro eran cuentos de aquel otro- y llegó a la conclusión de que iría a la casa de Oscar a preguntarle ahora mismo y en caminó hacia allá, no sin antes tomarse un cafecito en la placita, era devoto de los café.

Con paso apurado (quizás por la gran cantidad de azúcar que corría por su cuerpo, porque si algo amaba Miguel, era ponerle mucha azúcar a su café) llegó a la casa de Oscar. Golpeó la puerta y nadie salió, siguió golpeando cada vez mas fuerte. –y este donde se metió?- dijo enojado. De pronto, cuando ya se estaba dando por vencido, se sienten pasos desde adentro y una voz que grita. –Quien es?-
-Soy yo amigo, Miguel!
-Amigo, que sorpresa verte. Que andas buscando a la hora de la siesta? –dijo mientras abría la puerta.
-Necesito hablar con vos ya mismo.
-Pasá, adelante.
Con un solo movimiento Miguelito entró y se sentó en una de las sillas que estaba alrededor de la mesa de la cocina.
-Unos mates?
-Desde ya que si.
Mientras ponía la cocina en el fuego Oscar le preguntó a Miguel:
-Que te anda pasando? Que necesitas?
-Hoy ví a Sofía, mejor dicho la crucé en la calle y no me saludó, iba de la mano de su novio pero igual esa no es excusa para no saludarme.
-Raro si. Y que tengo que ver yo? –dijo confundido.
-Vos me dijiste que ella te dijo que quería hablar con vos. Me estabas mintiendo o era cierto?
-Me extraña que dudes de mi amigo, por supuesto que era cierto, nunca me burlaría de vos con algo así.
-Bien, y que fue exactamente lo que te dijo?
Oscar buscó en su memoria esa tarde y le comunicó a Miguel lo que ella le había dicho.
-Me dijo “Necesito hablar con tu amigo lo mas rápido y antes posible, quiero decirle algo muy importante”.
-Ah pero esas palabras no fueron las que me dijiste vos.
-No pensé que era necesario decirte todo con lujo y detalles.
-Esta bien, pero entonces porque no me saludó.
-Las mujeres son así, tu ya lo sabes, cuando están con alguien de la mano se creen importantes, las dueñas del mundo, juro por lo que mas quieras que si te la cruzas sola te habla y te dice lo que tiene que decirte, es cantado que así será.
-Tienes razón, tienes toda la razón. Pero que hago entonces?
-Esperá, que ella venga a vos, no seas gil.
-Eso haré.
-Es lo mejor, no hay que demostrar tanta importancia en estas circunstancias. Hacete el que no sabes nada, el que no te molestó que no te haya saludado.
-Es fácil decirlo.
-Vos viniste a mí para que te ayude, jodete.
Riendo Miguel le da las gracias y se queda tomando unos cuantos mates y luego se va a su casa.

Pasan tres días y ni noticias de Sofía, comienza a darse por vencido y decide llamarla, pero cuando estaba a punto de hacerlo llega Laura a la casa.
-A quien pensabas llamar?
-A nadie, a un amigo.
-Hermano te conozco, te veo en la cara que ibas a llamar a esa.
-No le digas así, no se lo merece.
-Esa no te merece a vos! Cuando te vas a dar cuenta? Pasaron tres años, sigue con tu vida y que ella se pudra con quien sea que esté!
-Callate Laura, me tenes podrido.- y sale corriendo de la casa.

Al llegar al bar se cruza con Sofía:
-Miguel! Te estaba buscando!
-Que casualidad.- dice mirando hacia adentro del bar.
-Me buscabas también?
-No, no me hagas caso, vengo de discutir con Laura.
-Porque? No será por mi todavía que discuten no?.- y larga una risita que a mas de uno en el lugar de Miguel la hubieran abofetado y se hubiera ido.
-No te preocupes, ya hablaré con ella cuando llegue a casa.
-Discutieron por mí! No puedo creerlo, después de tres años?
-Sí, después de tres años, y cual es el problema?
-Que te pasa Miguel?
-Te amo, eso me pasa, siempre te amé, nunca te deje de amar, cuando te fuiste casi me muero de dolor.- dijo resignado.
-Nunca me dijiste que me quede, nunca me fuiste a buscar.
-Para que? Si dijiste que no me querías más.
-No fue tan así, nunca me pediste una explicación.
-La quiero ahora.
-Seguro? Por eso era que te andaba buscando. Entremos a tomar un café.
Entran y se sientan donde siempre se sentaban cuando eran novios.
-Cuantos recuerdos no? -dice ella.
-Sin dudas, inolvidables.
Los dos se miran y recorren con sus miradas todo el bar con un gesto de nostalgia.
-Te voy a explicar. Escuchame bien.
-Eso haré, pero antes un cafecito mozo por favor.
-Ya se lo traigo Miguelito, con mucha azúcar como siempre. –dice el mozo.
-La razón por la cual te dejé fue porque mis padres hicieron un acuerdo con un amigo de la familia en el cual yo debía casarme para cobrar una fortuna que tenían mis padres.
Miguel sin entender pregunta: -Eso es imposible. Porque nunca me lo dijiste?
-Porque nunca lo supe yo hasta el día que fallecieron mis padres, dos semanas antes de separarnos nosotros.
-Te das cuenta que esto no es muy creíble hoy en día no? Ya no se hacen ese tipo de cosas.
-En mi familia sí, por lo visto, y te traje los papeles firmados para que veas que es verdad.
Sofía le da los papeles a Miguel, los cuales él lee con asombro y sin pensar que era lo que tenía en sus manos, sólo leyó las palabras superiores que decían, Acuerdo de Casamiento.
-No se que decir.
-No digas nada, lee las cláusulas.
Miguel da vuelta la hoja y lee la segunda que decía cuales eran las cláusulas para que se rompa el contrato.
-Lée el punto cinco.
El punto cinco decía algo que cuando Miguel lo leyó se quedó helado por el tan sólo hecho de que a Sofía se le pase eso por la cabeza, la mujer que el amo y ama tan dulce, tierna y cariñosa, con la cual vivió y compartió tres años de su vida quería hacer algo tenebroso.
-Léelo en voz alta!
-No puedo.
-Hazlo y dime que es lo que piensas, yo te sigo amando, nunca te deje de amar Miguel y haría lo imposible por estar contigo. Me tomaron tres años en decidirme a hacer lo que quiero hacer, lo que dice ese punto.
Miguel repasa con su mirada nuevamente el punto cinco y lo pronuncia en voz alta: “En caso de muerte de alguno de los dos integrantes del matrimonio por causas naturales, el dinero quedará en manos del otro”. Tan simple como eso, pocas palabras que involucraban un significa horrible y asqueroso de tan sólo pensar en matar a alguien.
-Quieres que lo matemos? –al pronunciar esa última palabra Miguel tragó saliva como no queriendo decirla.
-Así es, y tengo todo planeado, si tu no me ayudas, lo hago sola. Te doy tiempo hasta mañana para pensarlo.
-No necesito tiempo para pensarlo, ya estoy decidido a hacerlo, sólo quiero estar con vos y no me importaba nada más, aunque esto involucre asesinar a alguien. –esa palabra no produjo nada en él. Que rápido cambian las personas por amor. –Cual es tu plan?
-Envenenarlo, no debe ser muy difícil. Aparte tengo un Doctor amigo que me debe unos cuantos favores (al escuchar esa palabra Miguel no se animó a preguntar que tipo de favores) que tiene un veneno que no deja rastros en la sangre, que simplemente el corazón le deja de latir sin ningún signo de nada más que de un simple ataque al corazón.
-Quien eres? –pregunto irónicamente Miguel.
-Sofía, tu Sofía.
Al escuchar esas palabras nada lo podía hacer mas feliz a Miguel, sólo quería abrazarla, besarla y hacerle el amor como tantas veces lo habían hecho, pero sabía que habría tiempo para eso si todo salía bien y todo parecía indicar que saldría bien, pero…
-Mañana pondré manos a la obra y lo envenenaré a la noche, antes de acostarse siempre toma un vaso de leche, se lo prepararé yo con el ingrediente secreto. –Sofía decía esas palabras como si fuera una asesina a la cual ya no le importa asesinar, sino que lo hace por diversión.
-Ten cuidado, llámame cuando pase todo.
Luego se quedaron hablando del pasado y de las cosas que habían vivido en ese bar como si nada hubiera pasado.
Esa noche Miguel no pudo pegar un ojo y hasta faltó a la Universidad.

Al día siguiente Sofía hizo todo lo que había dicho que haría pero cuando le fue a dar el vaso de leche a su esposo este le dijo lo siguiente:
-Antes de beberla quiero que vos tomes primera.
Al escuchar eso Sofía se puso pálida y casi se desmaya. –Pero no quiero amor, no me gusta y lo sabes. –dijo recuperando el aire y el color de piel perdido.
-Sé que te gusta, te eh visto a escondidas tomando.
-Pero no tengo ganas de tomar.
-Te lo tomás o te lo meto yo a la fuerza! –dijo gritando Fernando que era el nombre de su esposo.
-Pero querido que te pasa? Porque me gritas de esa manera?
-Quieres saber porque? Tengo un buen amigo que trabaja en el bar ese que tu siempre frecuentabas con Miguelito, y es mozo del lugar y me dijo que escuchó una historia muy peculiar ayer a la tarde, entre Miguel y vos, yo al principio no le creí pero al ver que me traías mi vaso de leche me di cuenta que era cierto, de todas maneras sigo sin creerle asique por favor si sos tan amable, podes beber el vaso de leche?
-No! –grita Sofía y le revolea el vaso por la cabeza, fallando y golpeando la pared de su habitación. Luego sale corriendo hacia la puerta cuando es agarrada por la cintura por Fernando.
-Ibas a asesinarme para quedarte con la plata!
-No, lo iba a hacer porque amo a Miguel, a ti nunca te amé, nunca!
Al escuchar estas palabras Fernando cedió un poco en fuerzas, sus manos perdieron la cintura de Sofía por un instante, pero luego recuperó energía y la volvió a agarrar.
-Ahora la que vas a morir sos vos, como has escuchado, morirás!
-Déjame, déjame! –gritaba Sofía sin parar y cada vez mas fuerte.
Un instante después Fernando lleva a Sofía hacia la mesada de la cocina y comienza a buscar el frasco del veneno pero no lo encuentra.
-Nunca lo encontrarás! -le dice Sofía.
-Eso piensas tú. –y se dirige hacia el living y va a un cuadro que está colgado en la pared.
-Sé que está aquí, te ví que viniste hacia acá antes de servirme el vaso de leche.
Fernando descuelga el cuadro y efectivamente detrás del cuadro, en un huequito entre la pintura y el marco encuentra un frasquito chiquito, de color blanco.
-Acá está! Te dije que lo encontraría! Ahora todo el dinero será mío amor de mi vida.
Sofía trata de soltarse y grita desaforadamente pero sus gritos son callados con unas cuantas bofetadas de parte de Fernando, luego la sienta en una silla y le da el veneno a la fuerza. Sofía llorando mira a Fernando y le dice: -Te odio.
En ese momento se escucha que la puerta se abre de un golpe a causa de un martillo, es Miguel. En ese momento Fernando mira hacia la puerta y cuando mira Sofía escupe el veneno que no había tragado y le pega una patada en sus partes íntimas. Miguel entra corriendo y le pega con el martillo en la cabeza, un golpe seco que lo mata en el instante.
-Mi amor! Me salvaste! Pero y ahora que haremos?
-Escapémonos, vayamos a buscar la plata al banco y escapemos.
-Ya mismo, vamos.
Antes de irse ponen el cuerpo de Fernando en el garage y salen en el auto de ella.
Al llegar al banco sacan toda la plata que era mucha, cerca de 10 millones de pesos, lo único que tuvieron que hacer fue que Miguelito se haga pasar por Fernando y que haga la firma mas o menos parecida, porque no tienen fotos en el banco y porque nunca te atiende la misma persona, entonces no lo reconocieron.
Llegan al auto, se abrazan y se besan y se dicen te amo. Sacan pasajes lo mas rápido posible hacia Francia y viven allí felices y recorriendo Europa durante el resto de sus vidas, nunca más volvieron a su país en el cual fueron fugitivos, también durante el resto de sus vidas.


FIN

2 comentarios:

  1. Me encantó Alvi!!! como te dije..pensé que terminaba mal por como venían sucediendo los hechos de la historia. Muy impredecible!! como debe ser =)
    Me atrapó por completo. Gracias!!!

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  2. Genial man! Seguí así. Ahh te mensajié el otro día, no sé si te habrá llegado. Escribíme cualquier cosa y arreglamos algo. Abrazo

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