miércoles, 17 de febrero de 2010

SOÑAR CON LA REALIDAD




Una mañana de Enero soleada, con mucho calor como es costumbre en Capital Federal en medio del verano (no recuerdo el día, 22 o tal vez 23, las fechas no son necesarias si no los acontecimientos) despierto, exaltado en mi cama luego de un sueño atroz.
Soñé que mi novia Laura era brutalmente asesinada.
Enseguida llamo a su casa y le digo cuanto la quiero y que me alegro de tenerla a mi lado todos los días. Ella me agradece, pero creo que no me prestó la atención suficiente, cosa entendible ya que era de madrugada, y me dice que también me quiere y que nunca la perderé.
Me vuelvo a dormir, esta vez sin sueños que yo recuerde.
Pasaron 3 días y entre Universidad, estoy estudiando la carrera de Arquitectura, y Laura todo estaba bien, era feliz, demasiado podría decir algún supersticioso.
Al cuarto día vuelvo a tener el mismo sueño, más que sueño pesadilla, me digo a mi mismo, y nuevamente llamo a Laura y le agradezco su amor y que soy dichoso de tenerla.
Lo mismo se repite 3 veces más en el transcurso de una semana, al quinto llamado Laura piensa lo peor:
-Me engaña -piensa alarmada y preocupada pero convencida, así son las mujeres, cuando se les mete algo en la cabeza nada las hace cambiar de opinión.
Al mes siguiente voy caminando por Corrientes y cruzo miradas en un negocio de ropas con una señorita de buena estatura (alta), muy bien vestida, agraciada, que se me acerca y me dice como quien está acostumbrada a este tipo de situaciones:
-¿Que está mirando? –muy confiada.
-Ropa, como ve –contesto sin miedo.
-A eso no me refiero y usted lo sabe bien. Vi que estaba mirando hacia mi dirección y sonrió.
-Puede ser –respondo.
-Ariana, mucho gusto –me dice con una sonrisa que podría comprar hasta a el peor postor.
-Pablo, el gusto es todo mío –

Estuvimos hablando durante quince minutos allí mismo, por decir una cantidad aproximada. Teníamos mucho en común, pero eso realmente no importaba, lo que si importaba era que en esos quince minutos aproximados (que se convirtieron en dos horas caminando por Corrientes) me olvidé de Laura, y me da pudor decirlo, pero era la primera vez que me pasaba algo semejante, siempre pensé que era la única en mi vida, que no existía nadie más capas de hacerme sentir de la forma que me sentía cuando estaba con ella, que nadie ni nada en el mundo importaba, que sólo estábamos ella y yo, sin nadie alrededor, nadie más hasta este momento, hasta el momento que conocí a Ariana.

Luego de tomar un café en un bar cualquiera que ni siquiera recuerdo cual es, me invitó a su casa, ella vive sola me dice, sus padres le paga el alquiler de un departamentito en Paraná al 1500 mientras ella estudia medicina.
-Desde luego que acepto tan grata invitación -digo torpemente y ella reconoció en mi la torpeza de mis palabras porque respondió lo siguiente:
-Si no quieres ir, lo dejamos para otro día.
-No, no, ahora insisto yo. Vayamos.
En ese momento no me puse a pensar a que íbamos, aunque en el fondo sabía lo que me esperaba.

Entramos, su departamento era grande, para que se den una idea 3 personas pueden vivir allí cómodamente. Un gatito merodeaba felizmente, cuadros colgaban en las paredes, libros de Medicina desparramados en la mesa junto con muchos apuntes, ella acomoda todo rápidamente y me pide perdón por el desorden. Se dio cuenta que me percate de ello, seguramente porque me quedé callado durante esos instantes que uno se toma para visualizar el nuevo lugar que recién conoce. Se sienta en el sillón y me pide con una sonrisa que la acompañe. Lo hago. Toma mis manos y me besa, dulcemente. Me sentí feliz y no pensé en Laura.
El resto ya lo presumen, no daré detalle alguno.

A las dos horas me despido de Ariana, me da su número de teléfono y me dice que la llame pronto. Le respondo que lo haré, aunque por dentro realmente no estaba tan seguro de si lo haría.
Sin embargo la llamé, en esa semana fui día por medio a su casa y me olvidaba de Laura cuando estaba con ella, lo mismo me sucedía cuando estaba con Laura, Ariana no existía para mi en esos momentos.

A la otra semana sueño nuevamente la muerte de Laura. La llamo y le digo cuanto la quiero pero esta vez no le digo que nunca me falte, fue un error, un acto fallido por culpa del sueño y de no dormir. Las sospechas de Laura se hicieron mas grandes aún, lloró esa misma noche creyendo saberlo todo.

Al otro día vino a casa y me dice:
-¿Porque me engañas?- sin pensarlo ni un segundo, aunque en realidad se notaba que lo venia pensando desde la noche anterior.
-¿Qué dices? ¿De que hablas?- Contesto estupefacto.- Sólo tengo ojos para ti- Atiné a decir.
-Lo sé, no se como pero lo sé- me dice lagrimeando.
En ese momento sentí que me moría por dentro, pocas veces me sentí de esa manera en toda mi vida.
-Me engañas, hace un mes tengo esa sospecha, me llamas todas las noches y me dices que me quieres y que nunca te falte, eso lo haces por remordimiento y anoche sólo dijiste que me querías, me engañas, lo sé.
Me pregunté si es posible que una mujer pueda sacar tantas conclusiones de los actos de un hombre, si es muy visible, si somos tan obvios, si al mínimo desorden en la forma de actuar comúnmente de una persona hay algo escondido, si quizás las subestimamos, si en realidad son las dueñas de todo pero no se dan cuenta.
La realidad fue que no supe como explicarle que sólo era un sueño en el cual ella moría y realmente sentía que la había perdido, pero efectivamente estaba Ariana, que la conocí hace una semana. Como le explicaría todo eso sin que suceda lo que finalmente sucedió? Créanme que traté pero no pude ser claro en mis palabras. Se fue y no volvió.
Esta vez la perdí de verdad y no era ningún sueño. A quien llamo ahora? No llamé a nadie y nunca más vi tampoco a Ariana, ni me acordé de ella, pero hasta el día de hoy, quince años después, no puedo olvidarme de ese día cuando Laura se fue, no puedo olvidarla y no se si algún día lo haré.

Todavía pienso en ella como si estuviera aquí, quien sabe que le deparó el futuro, nunca más supe nada de ella, pero la amé y la sigo amando.

Un dato menor pero no por eso menos importante es que nunca más tuve despertares repentinos en medio de la noche a causa de sueños o mejor dicho, pesadillas.

FIN.

No me gusta pero algo es algo. Si a alguien le gusta, me sería de una alegría inmenza. Y se aceptan ayudas y comentarios para mejorarme y corregir errores. Saludos a todos!

10 comentarios:

  1. Te voy a decir algo.
    Las mujeres somos estupidamente perceptivas, siempre que está por pasar algo nos damos cuenta... Te lo digo porque me pasó, y seguramente me va a seguir pasando... Es más, tengo el presentimiento de que lo peor no vino aún y cada día se acentúa más...
    Cuando un hombre deja de decirte todo aquello que te decia, una se empieza a preocupar y se da cuenta que lamentablemente no es el mundo de la otra persona, que uno lo puede decir pero no sentir... Que aunque te digan que sos su vida y que quiere estar toda la vida con vos, hay 10mil mujeres mejor que una y que encontrar a esa persona con la que compartas además de sueños, tambien un futuro, se hace dificil.... A veces creo que soy pequeña para pensar en un futuro, pero si no vivo en base a mis pensamientos futuros, ¿con qué me voy a quedar? con un presente lleno de frustraciones.
    Los hombres tambien bardean a veces con ciertas cosas, simplemente que como el otro día le dije a mi amigo... A los hombres les cuesta reconocer ciertos puntos en los que se equivocan, las mujeres en cambio la piensan una y 10mil veces si van a hacer esto, si van a hacer lo otro, si no lo van a hacer... es así, las mujeres son como bichas.
    Tu texto me dio para pensar, ¿acaso Laura no fue el primer amor de Pablo? dicen que los primeros amores nunca se olvidan y tampoco se dejan de amar, que siempre hay algo que te lo/la recuerde... y por más que te sientas "plena/o" al lado de la otra persona siempre te quedás con lo primero.
    Ah en fin, me extendí con divagues estupidos tal véz y muchos pensamientos que tenia a flote y que ahora se convirtieron en un comentario en tu blog :O... Un beso Alva, que sigas bien... prometo que tendrás noticias mias! :)

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  2. '..así son las mujeres, cuando se les mete algo en la cabeza nada las hace cambiar de opinión.'
    Bullshit. Coincido con Norah, las mujeres somos perceptivas, y si se nos fija alguna idea, tenemos justificativo.
    Y sí, la mayoría de los hombres nos subestiman.
    Un beso Alvi(:

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  3. Sencillo, claro, hermoso... me recuerda a Girondo en algún aspecto... Alguna que otra falta de ortografía, nada demasiado grave...
    Congrats Zeke

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  4. Hola mi Alviu preferido (?)
    ahora me pongo a inspeccionar tu blog, que seguramente me encantará :)
    te quiero mucho mucho, ya lo sabes!

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Che son interesantes tus historias, quiero seguir leyendo la anterior a esta :O
    Beso :)

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  7. Alvi(:
    Te cuento que me hizo llorar la perra. Asi que no sé en que terminaré ajaja.
    Un beso grande, love you♥

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  8. No voy a repetir todo lo que dijo la del primer comentario, pero después de leer esto (muy bueno, por cierto, deja mucho que pensar) tengo que coincidir; las mujeres somos MUY analíticas, es una de las características que más nos diferencian de los hombres. Ustedes muchas veces no piensan, actuan. Después habrá tiempo para pensar.
    Las veces que habré intentado hacer eso... y me resultó imposible. Es que es verdad: cada detalle cotidiano que cambia, es señal de algo, y ahí la cabeza empieza a maquinarnos terriblemente, y a veces tenemos razón, y otras veces inventamos historias que no están pasando en realidad.
    Bue, me re copé jajaja de verdad que me está re gustando todo lo que escribís, posta :)

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  9. Alvaro, ante todo gracias por tus palabras en mi blog. Veo que tenemos varios puntos en común hermano (la música de Pez, la escritura y los libros de Nietzsche son algunos jeje). Me gustó mucho lo que posteás acá. Mataría que nos pongamos en contacto de forma seria, a lo mejor -quien te dice- podemos iniciar a través de estas palabras una suerte de vínculo. Abrazo

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  10. Me pareció medio colgado este párrafo, corta el relato que venía y sigue en primera persona.

    "Lo mismo se repite 3 veces más en el transcurso de una semana, al quinto llamado Laura piensa lo peor:
    -Me engaña -piensa alarmada y preocupada pero convencida, así son las mujeres, cuando se les mete algo en la cabeza nada las hace cambiar de opinión."

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